Es sumamente habitual, que tras un entrenamiento de alta intensidad, padezcamos dolores a nivel muscular, a consecuencia de la fatiga inherente al propio ejercicio.

Es, a esta molestia, a la que conocemos coloquialmente como agujetas (mialgia diferida, DOMS) y no es más, que una señal interna de nuestro organismo, para informar al músculo, que debe adaptarse a este estímulo, recuperarse y hacerse más resistente a él (es lo que denominanos, mecanismo de adaptación)

Cuando empleamos ibuprofeno y  antiinflamatorios, esta señal se inhibe, entendiendo nuestro cerebro, que no hay nada por reparar y sin proceso de reparación, tampoco lo habrá de adaptación muscular.

Esto es debido, a que el ibuprofeno inhibe la secreción de prostaglandina, quien se encarga de la producción de colágeno.  En consecuencia, una insuficiencia del mismo, implicará  una deficiente recuperación y regeneración muscular, conjuntamente a la de otros tejidos, como ligamentos, tendones y tejido conectivo.

Complementariamente, el uso continuado de antiinflamatorios, conlleva un deterioro a nivel intestinal, repercutiendo en las células del intestino, a la par que perjudica la correcta absorción de nutrientes.

Por todo ello, el emplearlo, afecta negativamente en los procesos de recuperación, crecimiento e hipertrofia muscular, incidiendo en nuestro rendimiento deportivo.

Si te ha gustado y te ha parecido interesante, like y comparte, gracias